Dulces de Aniversario
El tiempo vuela y cuando menos piensas han pasado mas de 20 años de matrimonio. Recuerdo con algo de nervios lo que fue el evento social, mas aun siendo hija de la mayor pastelera de la ciudad y trabajando allí. Creo que teníamos unas 16 variedades de postres y una gran torta de novia. Era una mesa bellísima, y como se usaba en los 80as los postres eran grandes, cada uno para 20 porciones. Tal vez lo único pequeño eran las trufas. Había Mouse de maracuyá, curuba, café, chocolate, tortas de queso, tartas de frutas y mucho más. La torta de novia era torta de frutas secas, oscurecida por ciruelas pasas y bañadas en licor durante casi un mes. Nueces, almendras y una cubierta de mazapán puro de almendras lo cubría antes de recibir el sedoso fondant. Las flores todas en colores muy tenues, casi blancos eran delgadas como de cristal y hechas a mano con pastillaje.
Un día antes del aniversario nos recordaron la fecha, ya que apenas llegábamos de viaje. Al día siguiente, la fecha actual de conmemoración, recibí unas bellas rosas rojas en mi almohada e inmediatamente se me ocurrió decorar la torta del brindis familiar con unas de ellas. Decidí para esta noche, preparar la torta o dulce preferido de todos en casa, la famosa torta de chocolate de mi madre, Violy.
Sin poder conseguir mazapán que le hubiera quedado delicioso, cubrí la torta con un rápido fondant, no tan elegante como el de mi madre, y le deje el borde rasgado y más grande que la base. Quería algo clásico-moderno si se puede decir así. Mis hijas consiguieron más rosas rojas y las colocamos sobre la torta y de esta forma celebramos nuestro aniversario.
Solamente los cinco, nos sentamos y brindamos con copitas chicas de Ron añejo de 23 años, puro y degustamos el dulce chocolate que a todos nos gusta. De una forma muy sencilla y sin prosopopeya ni sillas marcadas, revivimos una fecha especial, con una aun más inolvidable.
Las flores frescas se usan cada día mas en platos y servicios elegantes, y podemos hacer uso de esta tendencia en casa, colocando una rosa en cada puesto, ya sea sobre el plato, en una vasija pequeña o simplemente al servir el postre.