Tamarindo
Hace poco escribí un artículo donde mencionaba la pinuela como una fruta de nuestro territorio tropical.
Hace poco caminando por las calles de Cartagena me encontré con una vendedora que ofrecía bolsitas marrones de papel llenas de tamarindo. Hacía mucho que no tenía el placer de verlo en su forma natural, ya que hoy en día se vende en pulpa, con y sin pepa. En estas mismas bolsitas, con su borde voleado hacia abajo para hacerlas un poco más chicas, vendían fuera de mi escuela, corozo, guindas, mango y toda clase de frutas para comer con sal en los recreos.
El tamarindo, nativo de África o India, se encuentra asentado en el fondo de los corazones de muchos de nosotros los costeños. Se vende por doquier y en muchas formas. Nada más rico que una bolita de tamarindo a media mañana con una bebida bien helada. En los mercados hoy en día se vende en bloques con semilla o pepa, que es mí preferida, pues encuentro que es más estable en sabor mes tras mes, y en bolsas sin pepa y con azúcar. Para nosotros el tamarindo se usa mas como jugo o chicha, una refrescante bebida, algo acida, con un toque de sabor a limón.
Podríamos decir que es una de nuestras bebidas tradicionales. Hacemos dulces variados con el tamarindo, manteniendo el sabor fuerte de este pero con un dulce que lo hace agradable y más suave.
En los últimos años hemos aprendido a usar el tamarindo como una especia, que da sabor y vigor a comidas de sal, salsas y aderezos. Este es uno de los ingredientes básicos de la salsa Inglesa o Worcestershire, aun cuando no lo notemos. El tamarindo tiene, como el limón la característica de elevar el sabor de los otros productos que lo acompañan.
El tamarindo maduro, cuando su cáscara parte fácilmente, es un poco menos acido, que cuando está verde. Estos son algo amargos y ácidos, de color café amarilloso y con un olor agradable pero fuerte. A diferencia de su pariente el algarrobo que es mas dulce pero que el olor es extremadamente fuerte y algo desagradable. El tamarindo se deja mezclar bien con comidas de dulce y de sal, y produce un toque de agridulce en muchos platos.
Las semillas, sin la cáscara de cocinan en bastante agua de 30 a 45 minutes, o hasta que se vean las semillas brillantes y libres de pulpa. Yo generalmente dejo enfriar esta mezcla para ayudarme a retirar las pepas con las manos. Hoy en día poco se ve el tamarindo en su vaina, sino que se vende ya en pulpa y es mucho más fácil de usar. A mi me gusta comprar los bloques con semilla, que aunque hay que cocinarlos, vienen con poca agua y sin azúcar.
El Tamarindo es bajo en grasa y sal, alto en potasio, vitamina C, calcio y fibra. Puede ser alto en calorías, pero si se utiliza como una especia, la cantidad que se usa es poca de tal manera que no nos debemos preocupar. Aprovechemos las bondades de esta rica fruta en los meses que se avecinan.